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27 El Dios eterno es tu refugio,
por siempre te sostiene entre sus brazos;
expulsa de tu presencia al enemigo
y te ordena que lo destruyas.
28 ¡Vive seguro, Israel!
¡Habita sin enemigos, estirpe de Jacob!
Tu tierra está llena de trigo y de mosto,
tus cielos destilan rocío.
29 ¡Dichoso tú, Israel! ¿Quién como tú,
pueblo rescatado por el Señor?
Él es tu escudo protector,
él es tu espada victoriosa.
Tus enemigos te adularán,
pero tú pisotearás sus espaldas.

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